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Tema: Volvo Ocean Race 2014-2015

  1. #91
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    Predeterminado Resumen de la etapa 3 de la Volvo Ocean Race: "muy larga, muy lenta y muy estresante"

    Así fueron las 5400 millas navegadas de la etapa 3

    La salida del golfo Pérsico y el estrecho de Ormuz, la costa india, bordear Sri Lanka, la Bahía de Bengala, el Estrecho de Malaca y el Mar de China... Cualquiera que lea esto, pensará que estoy hablando de una clase de geografía sobe Asia y Oriente Medio. Y no va muy desencaminado, no, porque para hablar de lo sucedido a lo largo de las 5400 millas realmente navegadas de la etapa 3 de la Volvo Ocean Race entre Abu Dhabi y Sanya hay que conocer todos estos lugares de paso de los VO65...Cada zona sometió a los barcos a distintas situaciones que, combinadas con la meteorología, hicieron de esta etapa quizás, la etapa menos agradable y más sufrida por todos los regatistas.

    Y a Xabi Fernández, patrón del MAPFRE en la etapa 3 ante los compromisos olímpicos de Iker, se le conoce por ser un tipo tranquilo, poco dado al drama y al sensacionalismo. Pero al bajarse de su VO 65 tras cruzar la meta no dudaba en definir esta etapa como "muy larga, muy lenta y muy estresante".

    No le falta razón, fue una navegación larga. Las 4670 millas teóricas se convirtieron, por influencia de todo lo habido y pro haber en tierra, mar y aire en 5400 millas de recorrido real. Para ponernos en situación, los seis VO65 recorrieron la friolera de 10.000 kilómetros, la misma distancia que separa La Coruña de Ulán Bator (capital de Mongolia). Y no fue un camino de rosas, más bien todo lo contrario, fue una ruta repleta de dificultades con vientos suaves, demasiado suaves, tácticas complejas, tráfico marítimo y desperdicios de todo tipo flotando en las aguas que acabarían con la paciencia de cualquiera. Pero ha habido más.

    Durante los aproximadamente 24 días en los que la flota cruzó el Golfo Pérsico, navegó paralelo a la costa de la India, bordeó Sri Lanka, cruzó el Estrecho de Malaca, costeó Vietnam y se adentró ciñendo en el Mar de China, los obstáculos han sido incontables y de todo tipo.

    La salida del golfo.

    Salir del Golfo Pérsico no fue nada fácil. La niebla envolvía las aguas del puerto de Abu Dhabi el 3 de enero, día en que se dio la salida de la etapa 3. La primera noche fue, quizás, un presagio de lo que les esperaba a los 57 regatistas, pues la pasaron virando de principio a fin. Para salir a aguas del Océano Indico a través del Estrecho de Ormuz esquivando las aguas de exclusión iranís, algunos barcos decidieron cruzar por las islas de Omán, mientras que otros las bordearon. Esta primera decisión táctica no generó ningún beneficio, pues una vez en mar abierto, los seis barcos navegaban 'a la vista' casi se podían tocar unos a otros.

    © Ainhoa Sanchez/Volvo Ocean Race
    Un día después de la salida, Dongfeng Race Team se puso en cabeza, y en esa posición se mantendría hasta el final de la etapa, salvo por unas horas durante el 7 de enero, cuando Team SCA emergió en 1ª posición tras una trasluchada. Efectivamente, aunque en aquel momento las chicas estaban más cerca en millas del siguiente paso obligatorio que determina el líder, lo cierto es que el resto de la flota se encontraba mejor posicionada en términos de navegación.

    Los equipos continuaron navegando a lo largo de la zona de exclusión de aguas territoriales iranís -los cazas de este país les recordaban constantemente con su vuelo qué línea no debían traspasar-, buscando los vientos alisios del monzón. Pero, primera sorpresa, un emergente centro de altas presiones anuló los alisios dejando a los barcos atascados frente a la costa Paquistaní. En sus maniobras en busca del viento de tierra, llegaron a acercarse a pocas millas de la costa.

    Este acercamiento a la costa metió a los veleros de la regata en medio de las aguas frecuentadas por cientos de pesqueros, como relataba Charles Caudrelier, patrón del Dongfeng: "Hay cientos de barcos de pesca por todas partes, y la costa de lejos parece Inglaterra, es muy bonita". A pesar de ello la tranquilidad no era precisamente lo que reinaba en el seno de la flota, como continuaba relatando Charles: "Navegar tan cerca de tierra nos preocupa, porque estamos seguros de que nunca han visto un barco como éste". Ante tal situación, el 8 de enero, decidieron alejarse del litoral, profundizando hasta 400 millas mar adentro poniendo proa hacia el Sur.

    La costa india.

    ¿Este u Oeste? Se presentaba a los patrones la primera gran decisión táctica de la etapa, la cual podría ser clave para su desenlace. Una decisión táctica muy prematura, pues llegaba a tan solo siete días del comienzo de la etapa. Descendiendo con rumbo sur a lo largo de la costa india, el líder Dongfeng se decantó por la opción Oeste, y ¡oh, sorpresa!, toda la flota le siguió. Desde el Azzam, su patrón Ian Walker comparaba a la flota con un rebaño: "Hasta ahora todos nos vamos siguiendo como ovejas".

    © Warren Little/Volvo Ocean Race
    La decisión de los barcos más retrasados era lógica, nadie quería perder contacto con la cabeza esperando una buena oportunidad para contragolpear. "Los barcos de más atrás quieren estar en contacto con los líderes, y no separarse, pero en algún momento todo cambiará", añadía el patrón de Abu Dhabi Ocean Racing, un adicto a la acción extrema y a las decisiones arriesgadas pero meditadas en el agua. "Todavía habrá que tomar una decisión importante en esta zona, como es si bordear la punta Sur de India y Sri Lanka junto a tierra, o más al Oeste".


    Bordeando Sri Lanka.

    Cual río evitando los obstáculos de su cauce, al pasar bajo las elevadas montañas de Sri Lanka el viento deja agujeros de sombra tras las cimas y se acelera por los lados. Fue aquí donde los hombres de Dongfeng perdieron terreno, al 'comerse' un pozo de viento. La tensión iba en aumento a bordo del barco franco-chino ya que por la noche, a lo lejos, las luces del Team Brunel y del Abu Dhabi se acercaban a toda velocidad. Pese a este parón, los hombres de Caudrelier conservaron su primera posición. Durante aquellos tensos días navegando por Sri Lanka, el patrón del Donfeng se refería a la situación como una "batalla de nervios", expresión que acabaría siendo habitual a lo largo de toda la etapa.


    Bahía de Bengala.

    Tras diez días navegando, la flota por fin abandonó la influencia de Sri Lanka y se dirigió hacia la zona donde nadie quería navegar, la entrada del Estrecho de Malaca. En aquél momento, restaban todavía 2400 millas hasta Sanya. La flota ocupaba 60 millas de océano entre el primer barco, Dongfeng, situado al Norte de la flota, y el último, Team SCA, 20 millas más al Sur. Los otros cuatro equipos se mantenían agrupados en el centro, y tan cerca que seguían navegando a la vista.

    Llegar a Indonesia fue muy complicado. Había nubes y chubascos, la comida y el combustible comenzaban a escasear, algunos tripulantes acusaban el esfuerzo - Anthony Marchand, de MAPFRE, estuvo enfermo seis días sin poder hacer sus guardias-, y empezaban a aparecer las averías en algunos barcos. Era el caso de Dongfeng Race Team, que rompía un cáncamo, la sujeción de una de las velas a la popa, en medio del océano. Pero lo peor todavía estaba por llegar...


    Estrecho de Malaca.

    “El estrecho nos va a poner a prueba,” anticipaba Charlie Enright, patrón del Team Alvimedica. Como muchos de los 57 regatistas de la flota, el patrón de Team Alvimedica nunca había navegado en estas aguas, y se preparaba para lo peor. "Necesitamos estar preparados para cambiar velas, cambiar de planes, esquivar mercantes, capear chubascos, no dormir... ¡Va a ser interesante!". Y efectivamente, estresante y duro es el paso de esta zona del planeta, una de las más peligrosas para navegar ya que los cargueros tienen muy limitada la maniobra. Si tuviesen que desviarse para evitar a los barcos de la Volvo, podría provocar que ellos se encontraran en otra situación complicada con otro mercante. Ante esta situación, la flota de la Volvo Ocean Race sabe que en estas aguas son los últimos monos por lo que la tensión y la precaución se pueden cortar con cuchillo.

    © Matt Knighton/Abu Dhabi Ocean Racing/Volvo Ocean Race

    "La contaminación en esta zona del océano es increíble, y algo trágico también", escribía la reportera a bordo de Team SCA, Corinna Halloran. "Enganchamos basura y otros residuos con la quilla y los timones cada dos por tres". Las redes, plásticos, troncos o incluso arboles enteros flotaban por el estrecho sin control lo que provocaba una situación de tensión continua a bordo de los seis barcos. Las inmersiones en el agua de los tripulantes para liberar las quillas de los enganches fue, esos días, algo habitual.

    © Matt Knighton/Abu Dhabi Ocean Racing/Volvo Ocean Race

    También los pozos de viento amenazaban a la flota, sobre todo al líder Dongfeng. El 19 de enero es un día negro marcado en el calendario del Dongfeng ya que tras meterse en un pozo sin viento, llegaron a perder unas 100 millas de la ventaja que llevaban sobre el segundo. "El barco se ha parado completamente", explicaba Kit, uno de sus tripulantes chinos. "Nuestros rivales aún llevan buen viento, así que nos están dando alcance poco a poco".

    Tuvieron que montar el ancla y echarla al agua para evitar que la corriente los llevara hacia atrás. Y lo mismo le sucedió al MAPFRE, que en aquel momento marchaba en un sólido segundo puesto, al que había escalado el día 15. Pero no fue solo cosa de dos; Team Brunel y Abu Dhabi Ocean Racing no se libraron tampoco de anclar en el estrecho.

    © Amory Ross/Team Alvimedica/Volvo Ocean Race

    Finalmente, dos días más tarde, la flota salió del estrecho y se dispuso a cruzar el Canal de Singapur, que se convirtió en una auténtica trampa para el barco español. Quedó atrapado en las redes de pescadores sin iluminar que abundan en esta zona del planeta, y vio, impotente, cómo Abu Dhabi Ocean Racing, Team Brunel y Team Alvimedica se percataban de ello y les adelantaban por el exterior. Tras saltar al agua y liberar la quilla de las redes, los de Xabi Fernández caían a la quinta posición, pero aún navegaba en el pelotón de cuatro barcos tras Dongfeng. Team SCA era sexto, a 70 millas.

    Mar de China.

    El Mar de China recibió a la flota con unas condiciones bastante duras, tal y como sucediera en la pasada edición de la regata. “En el Mar de China estamos teniendo condiciones realmente duras, las que no hemos tenido en la etapa 1 ni en la 2", escribía Jean Luc Nélias, navegante del MAPFRE. 12 horas después de adentrarse en esta zona del planeta, en la que les esperaba una ceñida de 1000 millas náuticas, los barcos y tripulaciones volvían a vivir con 30 grados de inclinación, y se dirigían hacia Vietnam, al Este.

    Navegando todos los barcos en estas condiciones, no hay opciones tácticas posibles a tomar ya que todos los barcos navegan con la misma meteo y no hay otros rumbos alternativos para llegar a meta. "Las opciones tácticas son muy limitadas, así que la velocidad es clave. Es increíble lo apretada que está siendo la etapa entre nosotros cuatro. No nos hemos perdido de vista desde Sri Lanka", explicaba el patrón de Abu Dhabi Ocean Racing, Ian Walker.

    © Francisco Vignale/Mapfre/Volvo Ocean Race

    Al igual que en Malaca, la situación se volvía a repetir. No sólo la intensidad de la competición, sino también las redes de pesca, los pesqueros y los mercantes en Vietnam volvían loca a la flota. “Ha sido la noche más dura de mi vida", confesaba el patrón de Team Alvimedica, Charlie. "Creo que acabamos de virar por doceava vez, entre algo así como 7.000 pescadores y tres barcos rivales", añadía.

    El 22 de enero el cunningham de Dongfeng, un cabo que conecta el foque con un sistema hidráulico en la proa para mantenerlo tenso, se rompió, tras lo que dicha vela quedó flameando descontrolada. Pero nada podía parar ya al equipo chino.

    MAPFRE había intentado ganar terreno desde la quinta posición yendo hacia el Este, otra buena opción táctica de Jean Luc Nélias, que llegó a ponerles terceros. Pero Team Alvimedica fue más veloz. "Intentamos darles caza, pero iban más rápidos, no sabemos por qué", decía el patrón Xabi Fernández al respecto.

    El amanecer del 27 de enero (horario chino) Dongfeng Race Team cruzaba la meta en primer lugar, un triunfo histórico -el primero de un equipo chino-, y en su puerto base. "Ha sido la etapa más estresante de mi vida", suspiraba Charles Caudrelier. Y Xabi Fernández, casi 5 horas después, también. MAPFRE conseguía el cuarto puesto tras pelear las últimas millas contra Team Brunel, a quien ganaba la partida por sólo 1 minuto y 50 segundos.

    Saludos y buenos vientos.

  2. #92
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    Predeterminado Unos entran otros van saliendo.... en las tripus de la Volvo Ocean Race

    Llegada del Abu Dhabi a Sanya © Maria Muiña/Mapfre

    Tripulaciones para la regata In-port de mañana y de la etapa 4

    Solo Team Alvimedica y Team Brunel se mantienen sin cambios desde que zarparon, allá por el mes de octubre, de Alicante. El resto de equipos bien por cambios programados, problemas médicos o personales, echan mano de los navegantes y reporteros de a bordo suplentes para completar sus tripulaciones.

    El equipo que más cambios sufre para esta cuarta etapa es el Dongfeng Racing Team el cual sustituye al 50% de su tripulación, aunque son estos unos cambios ya programados desde el principio. En el Mapfre continúa Xabi como patrón y entra Willy Altadill en sustitución de Marchand. En el Abu Dhabi regresa Phil Harmer y Neal McDonald se incorpora de nuevo a su puesto en tierra como responsable del rendimiento del Azzam. Por su parte, en el barco de las chicas magenta, su reportera de abordo Corina deja su puesto a su suplente Anna-Lena Elled y Sophie Ciszek se queda recuperándose de una operación de espalda.

    Llegada del Mapfre a Sanya © Maria Muiña/Mapfre

    Con todos estos movimientos, esta es la relación de las tripulaciones para la regata in-shore de mañana sábado y para la etapa 4 que llevara a los seis VO65 desde Sanya hasta Auckland, la ciudad de las velas, en Nueva Zelanda, cruzando prácticamente el océano Pacífico de Norte a Sur.

    Dongfeng Race Team.

    La mitad de la tripulación cambia. El navegante Pascal Bidégorry se baja en esta regata costera y en la etapa 4 para tomarse un descanso y currar su espalda. Ha sido reemplazado por el francés Erwan Israel, ganador de la Volvo Ocean Race 2011-2012 con el Groupama. El sueco Martin Strömberg regresa tras descansar en la etapa 3 mientras que el australiano Jack Bouttell deja al equipo por ahora. Los regatistas chinos Wolf (a bordo en la etapa 1) y Horacio (a bordo en las etapas 1 y 2) están de vuelta. Sam Greenfield sigue siendo el reportero a bordo sustituyendo a Yann Riou, ausente por razones personales.

    Charles Caudrelier FRA
    Eric Peron FRA
    Kevin Escoffier FRA
    Thomas Rouxel FRA
    Martin Strömberg SWE
    Yang Jiru (Wolf) CHN
    Chen Jin Hao (Horace) CHN
    Erwan Israel FRA
    Sam Greenfield USA (reportero a bordo)


    Team Brunel.

    No anuncia cambios. Mantiene la misma tripulación con la que partió de Alicante hace ya cuatro meses.

    Bouwe Bekking NED
    Andrew Cape AUS
    Jens Dolmer DEN
    Pablo Arrarte "Patán" ESP
    Louis Balcaen BEL
    Gerd-Jan Poortman NED
    Rokas Milevicius LTU
    Laurent Pagès FRA
    Stefan Coppers NED (reportero a bordo)


    MAPFRE.

    Debido a la programada ausencia de Iker Martínez, Xabi Fernández continúa como patrón para la regata in port y para la etapa 4, siendo esta su segunda etapa como patrón del barco. Willy Altadill sustituye a Anthony Marchand, que se desplazó a su Francia natal para resolver unos problemas con su dentadura.

    Xabi Fernández ESP
    Jean-Luc Nélias FRA
    Rob Greenhalgh GBR
    André Fonseca "Bochecha" BRA
    Antonio "Ñeti" Cuervas-Mons ESP
    Rafael Trujillo ESP
    Carlos Hernández ESP
    Willy Altadill ESP
    Francisco Vignale ARG (reportero a bordo)



    Team Alvimedica

    Sin cambios. Zarpará con el mismo equipo que empezó la regata en Alicante.

    Charles Enright USA
    William Oxley AUS
    Alberto Bolzan ITA
    Mark Towill USA
    Sébastien Marsset FRA
    Nick Dana USA
    Ryan Houston NZL
    Dave Swete NZL
    Amory Ross USA (reportero a bordo)


    Abu Dhabi Ocean Racing.

    Después de perderse la última etapa por dolencias en su espalda, Phil Harmer regresa a bordo. Neil McDonald, encargado del rendimiento del barco fue su sustituto en la etapa de Abu Dhabi a Sanya. Ahora regresará a su rol en tierra.

    Ian Walker GBR
    Simon Fisher GBR
    Daryl Wislang NZL
    Adil Khalid UAE
    Luke Parkinson AUS
    Justin Slattery IRL
    Roberto "Chuny" Bermúdez de Castro ESP
    Phil Harmer AUS
    Matt Knighton USA (reportero a bordo)


    Team SCA.

    Cambios claves a bordo del barco magenta: la reportera a bordo, Corinna Halloran, es sustituida en esta etapa por la reportera suplente Anna-Lena Elled. Liz Wardley está de regreso a bordo y reemplazará a Sara Hastreiter. La proa Sophie Ciszek todavía se está recuperando de una operación en su espalda.

    Sam Davies GBR
    Carolijn Brouwer NED
    Sally Barkow USA
    Dee Caffari GBR
    Abby Ehler GBR
    Annie Lush GBR
    Justine Mettraux SUI
    Elodie-Jane Mettraux SUI
    Stacey Jackson AUS
    Libby Greenhalgh GBR
    Liz Wardley AUS
    Anna-Lena Elled SWE (reportera a bordo)

    Saludos y buenos vientos

  3. #93
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    Predeterminado Así será la etapa 4 de la Volvo Ocean Race, rumbo hacia las antípodas

    Salida de la etapa 4 © Volvo Ocean Race

    Sanya, Luzón, Filipinas, Islas Salomón, Vanuatu, Auckland. Estos son los principales hitos en la ruta.


    Mañana sábado día 7 tendrá lugar la regata In-Port de Sanya, prolegómeno de la etapa 4 de la Volvo Ocean Race, entre Sanya (China), y Auckland (Nueva Zelanda). Ésta podría ser la más ventosa de esta vuelta al mundo por equipos, y comenzará el domingo 8 a las 07:00 hora española.

    Sanya, Luzón, Filipinas, Islas Salomón, Vanuatu, Auckland. Estos son los principales hitos en la ruta de la etapa 4 de la Volvo Ocean Race, que se enumeran rápido, y que podrían navegarse aún más. Todo parece indicar que las 5.264 millas náuticas (9.748 kilómetros) de travesía entre el sur de China (Sanya) y Nueva Zelanda (Auckland), irán acompañados por el viento que ha faltado hasta el momento en las tres primeras etapas de una atípica Volvo Ocean Race que lidera el Dongfeng Race Team chino.
    Conferencia de los patrones © Ainhoa Sanchez/Volvo Ocean Race
    Lo podremos comprobar a partir de este domingo día 8 de febrero a las 07:00 hora española (06:00 UTC), cuando suene el pistoletazo de salida de la cuarta manga. En la última edición, 2011-12, ésta tuvo que posponerse por la violencia con la que soplaba el viento, aderezado con un fuerte oleaje producto de la corriente en el lugar. Y este año, el puerto de escala chino de la Volvo Ocean Race parece que podrá mantener su ventosa reputación.

    "Sé que de aquí a Auckland vamos a tener todo el viento del mundo y más", apuntaba Rafa Trujillo, del MAPFRE. El barco español, quinto clasificado con 15 puntos, sentirá en esta cuarta etapa la necesidad de remontar. "Tendremos suerte si soplan menos de 30 nudos", corroboraba Andrew Cape, navegante de Team Brunel, equipo holandés tercer clasificado (9 puntos) en el que milita el cántabro Pablo Arrarte.

    Un día antes, mañana sábado 7 de febrero, los seis equipos que tomarán la salida -Team Vestas Wind embarrancó en la etapa 2-, tendrán la oportunidad de calentar motores, y retomarán esa vieja costumbre de hacer banda. Será en la In-Port o regata corta en aguas del puerto de Sanya, a la que se ha bautizado Team Vestas Wind In-Port, que dará comienzo también a las 07:00 hora española. Como la salida de la etapa 4, podrá verse en directo tanto en el canal Youtube oficial, como en la web de Volvo Ocean Race. Las In-Port no puntúan en la clasificación general, pero sí lo hacen en una independiente que podría servir para dirimir un posible empate. Y dado el transcurso de esta vuelta al mundo por equipos, dicho escenario cada vez parece más cercano.

    Una etapa previsiblemnente muy apretada.

    Según Ian Walker, patrón de Abu Dhabi Ocean Racing, equipo en el que milita el gallego "Chuny" Bermúdez, 2º clasificado con seis puntos, la etapa 4 podría ser igual de reñida. "Creo que de nuevo veremos una etapa muy apretada. Entre barcos exactamente iguales, con viento de popa se pueden establecer diferencias de velocidad de 0,5 nudos como mucho. Pero en ceñida, sólo 0,2 o 0,3 nudos". Esto equivale a decir que será difícil despegarse del pelotón a base de arañar metros al agua, pues prácticamente toda la etapa se desarrollará con rumbos precisamente de ceñida, o de través. Parece que será una navegación más “oceánica” que en la anterior etapa en la que “navegamos bastante tiempo con tierra a la vista, con el estrecho de Ormuz, el de Malaca...”, señala “Ñeti” Cuervas-Mons, proa del “MAPFRE”. “Estamos todos bastante cansados del ‘calmerío’ y de flotar. Los barcos están hechos para ir de popa y través, son las condiciones en las que más se disfruta navegando y todos queremos desquitarnos”, asegura el cántabro.
    © Ainhoa Sanchez/Volvo Ocean Race

    "La primera parte de la etapa serán unos cuatro días de ceñida y una zona complicada, será difícil decidir entre apretar el barco o ser más conservadores. Para mí es el tramo más temido, porque tengo el recuerdo de la ceñida que tuvimos en Filipinas hace dos ediciones. Yo nunca había navegado con unas condiciones como esas, con viento de 60 nudos y olas de 14 metros. Es una zona complicada y respetada por todos", explica "Ñeti". Este primer tramo llevará a la flota a salir del Mar de China hacia el Océano Pacífico a través del Estrecho de Luzón. Y aquí tendrá lugar una de las primeras -y pocas- decisiones estratégicas de la etapa, como es atravesarlo por el Norte o por el Sur. "Salir de Luzón primero no te garantiza ganar, pero salir el último podría relegarte al vagón de cola para el resto de la etapa", apunta Anderson Reggio, meteorólogo consultor de Team Alvimedica, cuarto clasificado con 12 puntos.

    Una vez en el Pacífico, la flota descenderá por la costa filipina rumbo Sureste hacia las Islas Salomón. "En la primera parte de la etapa iremos ciñendo hasta pasar Filipinas. Después ya se espera coger los vientos Alisios que nos lleven en un través hacia el Ecuador y a partir de ahí quedan todas las islas y todos los obstáculos hasta llegar a Auckland", ilustra Xabi Fernández. Será la tercera vez que la flota cruce la línea imaginaria entre el hemisferio Norte y el Sur, aunque en esta zona su paso es más sencillo que en el Atlántico y el Indico.

    El paso de las Islas Salomón.

    Más complicado será cruzar los archipiélagos a los que se refiere Xabi Fernández, que de nuevo reemplazará a Iker Martínez, ausente por compromisos olímpicos, al timón del MAPFRE. Aquí podrían darse, según Reggio, nuevas opciones tácticas, aunque hay que tener cuidado pues "las islas, algunas de las cuales miden hasta 2.500 metros de alto, proyectan grandes sombras de viento. El conocimiento local de la zona jugará un gran papel. Y quien la conozca, ganará la partida aquí". Oceanía es conocida por sus fenómenos tropicales locales, que los modelos meteorológicos no replican con fiabilidad, y que están influenciados tanto por "El Niño", como por "La Niña". Como en la lotería, habrá que esperar hasta el último momento para saber cuáles son los números, o en este caso los rumbos, ganadores.

    En cualquier caso, la organización ha establecido dos pasos obligatorios en las Islas Salomón, para evitar que naveguen a través de ellas. Además, durante el recorrido se encontrarán una zona de exclusión en Sanya, para mantenerles fuera de la zona de la armada, y otro paso obligatorio en Filipinas, para evitar que vuelvan hacia Malacca -algo que a buen seguro no tienen en mente-.

    Según los cálculos de las tripulaciones, la etapa 4 podría cubrirse en alrededor de tres semanas. Muchos opinan que el 80% de los obstáculos están superados en las tres primeras etapas de la Volvo Ocean Race, pero dado lo atípico de esta edición, quizás en esta ocasión no estén tan seguros.

    Por su parte, el patrón Xabi Fernández apunta que “en Nueva Zelanda habremos hecho la mitad del recorrido, pero no la mitad de puntos todavía. No tenemos presión porque lleguemos a la mitad de la regata, simplemente hay que hacerlo mejor”.

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  4. #94
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    Predeterminado Dongfeng dominó al llegar a Sanya, dominó mientras estuvo allí, y dominó en la salida

    La flota abandonando Sanya © Sam Greenfield/Dongfeng Race Team/Volvo Ocean Race

    Susto en el Abu Dhabi al saber esta misma mañana que Adil Khalid no se encontraba en condiciones de navegar a causa de un virus estomacal.


    El reserva inglés Alex Higby ocupó su lugar.

    Brunel y Dongfeng han liderado la salida en Sanya (China) de la etapa 4 de la Volvo Ocean Race en la que el equipo franco-chino ha demostrado su dominio de las condiciones locales en el recorrido en puerto. Les esperan más de tres semanas de navegación hasta Auckland (Nueva Zelanda), y posiblemente las peores condiciones de la vuelta al mundo hasta el momento. El MAPFRE busca podio, y remontar. Tanbién sobresalto esta mañana en la tripulación de Ian Walker al comprobar que el emiratí Adil Khalid no se encontraba en condiciones de navegar a causa de un virus estomacal.


    Salida de la etapa 4 © Amory Ross/Team Alvimedica/Volvo Ocean Race

    El pistoletazo de salida de la etapa 4 que llevará a la flota de seis barcos desde Sanya (China) hasta Auckland (Nueva Zelanda), a través de 5.264 millas por el Mar de China y el Océano Pacífico, sonaba a las 07:00 hora española (06:00 GMT), 14:00 hora local en Sanya. Antes de poner rumbo al océano, los barcos han completado un circuito de dos tramos de 1,2 millas cada uno, más un tercero de 15 millas aproximadamente hasta la estatua de Buddha -la más grande del mundo, y uno de los atractivos turísticos de la zona-. Allí se situaba la boya que marcaba el comienzo de la aventura oceánica propiamente dicha.

    El barco holandés Team Brunel, en el que milita el cántabro Pablo Arrarte, ha sido el primero en dejar la Bahía de Sanya, seguido muy de cerca por Dongfeng Race Team, mientras que Team Alvimedica era tercero. Abu Dhabi Ocean Racing, Team SCA y MAPFRE han cerrado la flota.

    Pero el auténtico protagonista en el recorrido inicial en puerto ha sido Dongfeng Race Team, dando muestra -una vez más- de su gran conocimiento local, y de una maquinaria muy bien engrasada. Dominaron al llegar a Sanya, mientras estuvieron allí, y lo han hecho también al marcharse.

    Los partes indican que los próximos 4 días serán de los más duros vividos en esta Volvo Ocean Race hasta el momento, y se esperaban también veinte nudos largos para la salida de hoy. Pero éstos se han quedado en previsión: la prueba ha dado comienzo con 9 nudos del 145º, y con una gran salida del MAPFRE de Xabi Fernández, que lo patronea en lugar de Iker Martínez, ausente por compromisos olímpicos, seguido por Team SCA, con Carolijn Brouwer al timón. En el barco español se estrena Willy Altadill, hijo del conocido vueltamundista español Guillermo Altadill, que sustituye al francés Anthony Marchand, baja por un problema dental.

    Mapfre acechando al Brunel © Victor Fraile/Volvo Ocean Race

    Dongfeng Race Team ha comenzado siendo uno de los barcos más retrasados, a la derecha del campo de regatas, pero pronto se ha comprobado que esto no era fruto del azar. Ésa era la zona más beneficiada en términos de viento, mucho más racheado junto a la costa, y la que les ha permitido colocarse primeros en el segundo tramo. No sólo Eolo, sino también algunos errores de sus rivales han ayudado a consolidar esa posición: tanto Team SCA como Abu Dhabi Ocean Racing han tenido problemas en las maniobras con sus spinnakers, lo que les ha relegado al vagón de cola. En el equipo de Caudrelier se estrena como navegante Erwan Israël, que reemplaza a Pascal Bidegorry por esta etapa. "Lo conozco desde hace muchos años, fue navegante de reemplazo de Groupama en la Volvo Ocean Race 2011-12, así que tengo plena confianza en él", explicaba el patrón francés.


    La tripulación de Ian Walker, por cierto, ha sufrido un sobresalto esta mañana al comprobar que el emiratí Adil Khalid no se encontraba en condiciones de navegar a causa de un virus estomacal. El reserva inglés Alex Higby (GBR), también velista del equipo, como lo fuera con Emirates Team New Zealand en la pasada Copa América, ocupará su posición.

    Tras cubrir los dos tramos iniciales, la flota ha puesto rumbo hacia el imponente Buddha del templo de Nanshan, la más grande representación del sabio asiático del mundo, y la cuarta estatua más grande del planeta, de 108 metros de altura.

    Brunel y Dongfeng pasando por la baliza del Buda © Victor Fraile/Volvo Ocean Race

    Durante este último tramo Team Brunel ha escalado posiciones hasta colocarse junto a Dongfeng Race Team, e incluso sacarle algo de ventaja. Veremos si holandeses y franco-chinos consiguen mantener sus posiciones durante los entre 22 y 25 días que quedan hasta Auckland, Nueva Zelanda.


    En cuatro jornadas aproximadamente llegarán al Estrecho de Luzón, donde Xabi Fernández ha vivido las peores condiciones de una vuelta al mundo. "Los primeros tres o cuatro días serán de ceñida dura, con viento de entre 20 y 30 nudos, tampoco demasiado, pero sí duro y sobre todo con bastante ola. Será la primera vez que pongamos un poco el barco a prueba también y espero que vaya todo bien", explicaba el doble medallista olímpico vasco poco antes de salir. "Cada etapa vamos mejor pero espero que esta vez mejore más y llegue el podio, que es lo que estamos persiguiendo y haremos todo lo posible", añadía antes de subir a bordo.

    Volvo Ocean Race 2014/2015
    Etapa 4.- SANYA - AUCKLAND
    Parte posiciones a las 12.40 horas de hoy domingo 8 de febrero de 2015.

    1.- Dongfeng Racing Team, a 5387.3 millas de meta
    2.- Abu Dhabi Ocean Racing, +0.7 millas del líder
    3.- MAPFRE, +0.7 millas del líder
    4.- Team Brunel, +1.5 millas del líder
    5.- Team SCA, +2.2 millas del líder
    6.- Team Alvimedica, +2.3 millas de líder
    7.- Team Vestas Wind, DNS

    Saludos y buenos vientos.

  5. #95
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    Predeterminado ‘Chuny’ Bermúdez se sincera con "el blog de thornado"

    © Matt Knighton/Abu Dhabi Ocean Racing/Volvo Ocean Race

    De la vuelta al mundo a "la vuelta por el mundo".


    Las voces de fondo delatan por momentos la tensión que se está viviendo en el interior del cuartel general del Abu Dhabi… ¡y no es para menos! En estos momentos un solo punto separa al barco franco-chino Dongfeng Racing Team - patroneado por el francés Charles Caudrelier - líder provisional de la Volvo Ocean Race del segundo clasificado, el Abu Dhabi Ocean Racing de Ian Wlaker y Chuny Bermúdez. Un solo punto separa a estos grandes navegantes tras tres largos meses de regata, tres etapas y casi 19.000 millas navegadas.

    Chuny está en la zona de descanso del equipo. Su rostro refleja una serenidad y una tranquilidad propia de quien sabe dónde está y de que es lo que tiene y quiere hacer. Su actitud pausada y relajada es producto de su dilatada experiencia a lo largo de las seis vueltas al mundo disputadas en regata, con sus más de 250.000 millas navegadas.

    © Matt Knighton/Abu Dhabi Ocean Racing/Volvo Ocean Race

    Tres horas antes de la salida de la cuarta etapa que va a llevar a los seis barcos supervivientes desde Sanya (China) hasta Auckland (Nueva Zelanda), consigo hablar unos minutos con Chuny. Tras los saludos de rigor y después de una distendida y banal charla, comenzamos esta pequeña entrevista en la que hablaremos sobre cómo ve esta etapa que está a punto de comenzar, sobre el barco, las roturas, los errores y las estrategias, 'sobre lo divino y lo humano', en resumen, sobre la Volvo Ocean Race…

    Empecemos hablando un poco de ti, Chuny, ¿cómo te encuentras tras más de tres meses de competición a tope?

    "Yo físicamente me encuentro bien. Al llegar a Auckland completaremos la mitad de la vuelta al mundo, pero lo importante es que seguimos ahí, estamos delante, a un solo punto del Dongfeng por lo que intentaremos aumentar un poco más el ritmo para intentar estar primeros".

    Y ¿cómo ves el Azzam después de estos primeros meses de regata con respecto a roturas y daños?

    "En cuanto a roturas, estamos cuidando mucho el barco. Estamos en mejor posición que el resto de la flota ya que, por lo que podemos ver en los pantalanes y en el astillero, los demás barcos han roto más cosas que nosotros..."

    Qué sensación te dejó el embarrancamiento del Team Vestas Wind en el archipiélago de Carajos Shoals?

    "Son errores que suceden. Siempre tienes que tener cuidado de que no te pasen a ti. Es un error que nadie lo quiere para sí mismo ni, si me apuras, tampoco se lo deseas ni a tu peor enemigo. Pero bueno, es lo que hay, así son las regatas y los errores están ahí. Lo primero que tienes que controlar es el agua que tienes debajo de la quilla. Esperemos que no nos pase nada igual a nosotros".

    ¿Te esperabas los resultados que están obteniendo las chicas del SCA, muy bien en las in-shore pero no tan bien en las off-shore?

    "Las chicas lo están haciendo muy bien en las in-shore pero les falta un poquito más de ritmo en las off-shore pero están ahí. Yo creo que tienen un buen equipo y que van a ir a más a lo largo de esta regata".

    Para cientos de miles de aficionados, sois los grandes favoritos a la victoria final, ¿a quién tenéis que vigilar con especial atención?

    "Lo importante es estar ahí, en la pelea. Ahora mismo, Dongfeng, nosotros y Brunel somos los que estamos más apretados en los primeros puestos de la clasificación, pero bueno, aún nos queda más de la mitad de la regata. Es una regata muy larga y falta mucho, así que tenemos que seguir trabajando duro".

    © Ainhoa Sanchez/Volvo Ocean Race

    Después de ver las distintas condiciones de navegación con calor asfixiante, poco viento, poca ola y esa ausencia de gran dureza como en otras ediciones, ¿te da la sensación de estar realmente en una regata de vuelta al mundo?

    "Como decía siempre Javier de la Gándara pasó de ser una regata de vuelta al mundo a ser una regata por el mundo. En la actualidad, debido a las rutas que la organización dispone, tenemos menos condiciones de viento en popa como antiguamente sucedía en las regatas de vuelta al mundo, pero es lo que hay y tenemos que amoldarnos a ello".

    Al ser barcos one design ¿no se está sacrificando la táctica extrema, tal y como se hacía en las pasadas ediciones, en detrimento de no separarse de los demás, de estar un poco a no arriesgar y a estar pendientes de lo que hacen los otros barcos?

    "Al ser barcos on design tienes más opciones a estar navegando todos más juntos, navegar viendo a los rivales todo el rato, lo que la convierte en una regata más apasionante en cuanto a mejorar la velocidad. Esto implica estar las 24 horas del día atento a todo lo que pasa e intentando trimar el barco lo mejor posible, lo que la convierte en una regata más sufrida para los regatistas".

    © Matt Knighton/Abu Dhabi Ocean Racing/Volvo Ocean Race

    "Todos tenemos el mismo barco, todos tenemos la misma meteo y más o menos todos utilizamos las mismas herramientas para navegar, lo que hace que cada uno confíe en sus propias posibilidades y no se arriesgue en decisiones importantes, al contrario, controla y espera a que se sucedan los errores de los contrario para tomar ventaja".

    Por lo que se puede ver hasta ahora, los VO65 son muy resistentes pero ¿qué tal se comportan en ceñida? y ¿en popa?

    "Los VO65 son muy resistentes, más lentos pero más duros que los VO70. En ceñida van mucho mejor, porque al ir más lentos, saltan menos las olas con lo que eso implica de 'comodidad' para los tripulantes".

    Los patrones de los seis barcos supervivientes, según llegaron a Sanya hicieron su balance de la etapa, de lo bueno y de lo no tan bueno… pero, para ti, Roberto, ¿cuáles fueron los momentos más complicados en esta pasada etapa?

    "Lo más complicado en la etapa 3 fue salir de las calmas bien posicionados, pero la situación más difícil y con más tensión vivida a bordo fue el momento en el que se escapó el Dongfeng en la costa de Sri Lanka… fue muy complicado gestionar esa situación, pero al final creo que no lo hicimos tal mal ¿no?".

    Al contrario, lo hicisteis muy bien Chuny y ya para finalizar, ¿puedes explicarnos brevemente como ves esta etapa que está a punto de comenzar entre Sanya y Auckland [la ciudad de las Velas]? ¿Cuáles crees que serán las claves?

    "En general ésta va a ser una etapa complicada porque, nada más salir, vamos a tener una ceñida con mucho viento y ola hasta el estrecho de Luzón, en el mar de China. Acto seguido tendremos una navegación en través durante casi una semana y media hasta alcanzar las islas Salomón y luego el descenso hacia Nueva Zelanda. En este descenso tenemos otro hito importante de la etapa que es la gestión de la aproximación a Nueva Zelanda con las islas de Nueva Caledonia por el medio. Una vez alcanzado el norte de la isla, navegar hacia el sur, hasta Auckland, también va a ser muy complicado. En líneas generales, va a ser una etapa complicada por las distintas situaciones que se van a dar".

    Tras despedirnos con un efusivo ¡hasta pronto!, Chuny se aleja y desaparece entre la maraña de camisetas amarillas del Abu Dhabi Ocean Racing que circulan por el cuartel general. Las voces continúan sonando con fuerza y la tensión va en aumento. El equipo de tierra da los últimos toques y retoques al Azzam para que todo esté al 100%. Se comprueba todo una y otra vez, no se deja nada al azar… Quedan menos de tres horas para la salida de la etapa cuatro. Familiares y amigos comparten estos últimos minutos con los tripulantes… Besos, abrazos, lágrimas, alegría y tristeza se entremezclan. Sensaciones contrapuestas que ponen el color y el sabor humano en la regata de vuelta al mundo por excelencia… la Volvo Ocean Race.

    Saludos y buenos vientos

  6. #96
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    Predeterminado La flota continúa buscando El Dorado, ese lugar imaginario que no para de moverse

    Uno de los outrigger perforó la cubierta del MAPFRE en pleno océano Pacífico.

    Auckland es su destino final, pero hay muchos puntos por el camino a los que es necesario llegar antes que los rivales. El mayor desafío en estos momentos es mantenerse en contacto con los otros barcos para poder ver qué hacen, pero yendo al mismo tiempo hacia donde se quiere ir.

    Hay 160 millas de separación entre los barcos más al norte y los que están al sur. Este último grupo disfruta de más viento -entre 15 y 18 nudos del 070º 080º-, y los anteriores navegan con entre 10 y 12 nudos del 109º-112º. Puede que ambos grupos no se vuelvan a ver las caras hasta dentro de 10 días, en las calmas ecuatoriales.

    Ganar o perder terreno en los partes de posiciones en estos momentos es irrelevante. Sin embargo, la sensación general en la flota parece ser que la opción del Norte será la ganadora, por lo menos en estos momentos. El viento está tardando más en entrar allí, sin embargo llegará, del Noreste, lo que podría ayudarles a ganar un terreno considerable.

    La distancia entre el primero y el último en la "fracción sureña" es de 8 millas; navegan juntos, en línea recta, desde hace días. Y probablemente intentan descubrir la manera de ir más rápido, lo cual es difícil en ceñida. Como mucho, señalaba Ian Walker hace días, se pueden sacar 0,2 millas entre barcos exactamente iguales.

    Encontrarán alivio, eso sí, a l adentrarse en el océano. Ya no hay desperdicios, basura, redes de pesca o barcos mercantes, todo lo cual abundó en la etapa 3.

    Agujero en la cubierta del MAPFRE en pleno océano Pacífico.

    Navegando a un través en los Alisios del Pacífico Norte, con 20 nudos de viento, rumbo Sureste y en la segunda plaza de la general, el Mapfre aprieta los dientes en el quinto día de navegación en el que ha superado con éxito una reparación a bordo. Afortunadamente “está todo solucionado y vamos al cien por cien de velocidad ahora”, ha confirmado el jefe de guardia Rob Greenhalgh.


    Willy Altadill reparando el agujero hecho por el outrigger © Francisco Vignale/MAPFRE/Volvo Ocean Race

    “Saliendo el sol se oyó un crujido y luego un golpe en el costado del barco. Nada que nos haya asustado, la verdad, ya que estamos acostumbrados al fuerte ruido dentro del barco, pero cuando alguno es diferente a lo normal, aunque estés profundamente dormido, suena extraño y te preocupa”, explicaba esta mañana el reportero Francisco Vignale en su reporte diario desde el “MAPFRE”.

    Todo sucedió cuando pasaba la medianoche en España. El proa “Ñeti” Cuervas-Mons enseñaba entonces a Vignale un agujero justo al costado del barco, “grande como una pelota de tenis”, describía el argentino. Lo que sucedió fue que la base del outrigger se rompió y éste atravesó el barco, por lo que a bordo han tenido que tapar el agujero, arreglar el outrigger y también su base, armando una estructura que soporte el peso del mismo.

    'Ñeti' y Xabi preparando la nueva base del outrigger © Francisco Vignale/MAPFRE/Volvo Ocean Race

    En condiciones muy duras de viento y oleaje Xabi, “Ñeti” y “Willy” han liderado la reparación. Al cabo de una hora y llenos de Sikaflex se llegó a una solución, comenzando con la reparación de la base del outrigger . “Después de tres horas de arduo trabajo, con gente trabajando dentro y fuera del barco y siempre uno comunicando lo que los de abajo decían a los de arriba y viceversa, se finalizó la reparación”, apuntaba Fran Vignale. Las próximas 24 horas serán importante para que la reparación se seque y comprobar que “los tornillos aguanten la presión que el outrigger ejerce sobre la cubierta”, decía.


    Willy Altadill se recupera de un golpe en la mano.

    El debutante Willy Altadill ha tenido que recibir los cuidados del doctor de a bordo “Ñeti” Cuervas-Mons. El catalán, uno de los tripulantes menores de 30 años que exige la regla, se golpeó la mano derecha con una polea cuando la tripulación hacía un cambio de vela provocándole una fuerte hinchazón y dolor leve. Siguiendo el procedimiento, “Ñeti” contactaba con el doctor de la regata Pablo Díaz-Munío para, tras realizar una valoración, confirmar el diagnóstico.

    Rafa Trujillo y 'Ñeti' tratando la mano de Willy Altadill © Francisco Vignale/MAPFRE/Volvo Ocean Race

    La reparación del agujero en cubierta ha provocado a Willy una hinchazón mayor por lo que se ha procedido a inmovilizarle la mano. Afortunadamente, como indica Vignale, puede mover la mano aunque tiene también “un poco de dolor. Creemos que en unos días se le pasará”......

    [Haz click aquí si quieres completar la info...]


    Volvo Ocean Race 2014/2015
    Etapa 4.- SANYA - AUCKLAND, 5264 millas
    Parte posiciones a las 12:40 UTC horas de hoy viernes 13 de febrero de 2015.

    1.- Abu Dhabi Ocean Racing, UAE (Ian Walker), a 4270.8 millas de meta
    2.- MAPFRE, ESP (Xabi Fernández), +6.8 millas del líder
    3.- Dongfeng Racing Team, CHN (Charles Caudrelier), +7.7 millas del líder
    4.- Team Alvimedica, USA/TUR (Charlie Enright), +11.6 millas del líder
    5.- Team Brunel, NED (Bouwe Bekking), +86.4 millas del líder
    6.- Team SCA, SWE (Sam Davies), +110.4 millas del líder
    Team Vestas Wind, DEN (Chris Nicholson), DNS

    Saludos y buenos vientos.

  7. #97
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    Predeterminado Cabo de Hornos: leyenda entre colosos

    Hornos, en mayor o menor medida está en los pensamientos de los regatistas de la Volvo Ocean race.



    “La primera vez que crucé el mítico Cabo de Hornos fue durante la Withbread de 1989-90, a bordo del Fortuna; me acuerdo que lo pasamos con poco viento y que estábamos todos, desde que habíamos divisado la Isla Diego Ramírez a 50 millas, esperando en cubierta para hacernos la foto y ponernos, por turnos -y con ayuda de una aguja de velas-, el arete en la oreja derecha. La oreja nos lo agradeció con una bonita infección y un lóbulo que quedó como una pelota de ping pong.

    He de confesar que por aquellos tiempos pasar el Cabo y ponerse el arete era casi la motivación más importante de hacer la Whitbread, hoy Volvo Ocean Race. Si no pasabas Cabo de Hornos, no habías hecho la vuelta al mundo aunque hubieras hecho todas las etapas anteriores.


    Altadill pasando Hornos © Neutrogena/BWR

    Desde aquel día han pasado varios años, casi 25 años, y a lo largo de todo este tiempo los barcos han cambiado, las tripulaciones se han profesionalizado, la regata se ha mediatizado a niveles que por entonces no podíamos ni llegar a imaginar, la tecnología a dotado a los barcos de GPS, sistemas sofisticados de comunicación, seguridad y navegación.


    Pero hay dos cosas que permanecen inamovibles desde hace muchos años y que se mantienen desde que el hombre cruzó por primera vez la frontera entre el Atlántico y el Pacífico, y son por un lado esa pequeña Isla escarpada con su faro, sita en unos de los sitios más remotos del mundo, y por otro, la sensación que percibe cada tripulante al cruzarlo.


    Esa sensación debe ser la misma que siente un maratoniano al llegar al estadio de atletismo y que, cuando tan solo lo que quedan 400 metros después de llevar más de 40 kilómetros en las piernas, mira hacia arriba y ve al público.


    En la roca no hay público, pero cuando tienes la suerte de pasar cerca de ella y no hay niebla, miras también hacia arriba y ahí está la roca negra, su faro y toda su leyenda que circula a su alrededor, y piensas que pase lo que pase desde ahora ya has cumplido tu objetivo: llegar de una pieza hasta aquí. A partir de ahí solo tienes que “doblar” a babor y empezar a remontar el Atlántico, rumbo Norte, rumbo a casa.
    Como he empezado este artículo con la primera vez que pasé Hornos lo acabaré con la última vez que lo hice: fue a bordo del Ericsson en la anterior edición de la Volvo. Soplaban 50 nudos y no recuerdo haber visto unas olas rompiendo de semejante forma en mi vida. Cuando decidimos arriar la vela de proa ya era tarde y Tom Braidwood me dijo que él no iba ahí delante ni por todo el oro del mundo.


    Fueron unas horas estresantes y recuerdo mirar atrás, y ver las masas de agua persiguiéndonos. De repente, justo en la proa, apareció tierra y en ese mismo instante, las olas nos dejaron de preocupar. Fuimos a por una cámara, nos sentamos en la popa y nos hicimos una foto.


    Cada uno indicábamos con los dedos cual era el número de veces que lo habíamos pasado. Tuve que utilizar mis dos manos y entonces me di cuenta del tiempo que había pasado desde la primera vez.


    Como hubiera dicho Humphrey Bogart… ‘siempre nos quedará Cabo de Hornos’ ”.



    La tripu del Telefónica Azul posando con Hornos al fondo, en la edición del 2009 © Diego Fructuoso/Telefónica Azul

    Este es un pequeño trozo de la vida de Guillermo Altadill, gran navegante oceánico español, hoy surcando precisamente esas aguas a bordo del Neutrógena enfrascado en la Barcelona World Race.


    Mítico para los navegantes del mundo, el Cabo de Hornos, el punto más austral del continente americano, tiene una historia de aventuras entre temibles aguas devoradoras de barcos y fuertes vientos que han hecho estragos.


    Cruzar el cabo es doblar los bramidos de un diablo que por el azote constante de sus vientos reproduce un sonido tan tenebroso como temido para navegar, en una zona donde las corrientes del océano Atlántico y el Pacífico se funden con semejante fuerza que han arrastrado a miles de naves que intentaron cruzarlo. Así quedó registrado en algunos diarios de navegantes y honrado en numerosas novelas, donde alcanzar la hazaña es distinguido como un bautismo que los marinos añoran cumplir.


    Pero, entremos en materia… Hornos se encuentra en la latitud 56ºS, lo que obliga a los navegantes a descender hasta los “cincuenta aullantes” y los “sesenta odulantes”, los peligrosos vientos que soplan por debajo de la latitud 40ºS, y cuya fuerza se ve incrementada en este punto por el “efecto embudo” que se genera entre los Andes y la Península Antártica. Además, el fondo marino asciende bruscamente en esta zona y se crean corrientes contrapuestas, por lo se pueden encontrar olas de hasta 30 metros que varían su dirección de forma impredecible. Vientos de una dirección, olas de otra y corrientes de otra…. Una mezcla dañina para quien no esté preparado para este paso.


    En 1616, el armador holandés Willem Schouten descubrió un paso navegable al sur del estrecho de Magallanes al que bautizó con el nombre de su ciudad de procedencia: Hoorn. Cuarenta años antes, el corsario inglés Francis Drake había sido el primero en comprobar la dureza de la navegación en estas latitudes cuando un temporal le llevó hasta la peor zona del hemisferio Sur, mientras intentaba llegar a Asia a través del estrecho de Magallanes. El paso por el cabo se consolidó como una importante ruta marítima mundial y hasta la construcción del canal de Panamá, en 1914, fue la única vía marina que conectaba las costas Este y Oeste de los Estados Unidos.


    La fama del cabo de Hornos se extendió y se convirtió en el mayor reto para todos los navegantes del mundo, en parte por la alta cantidad víctimas que se han cobrado sus peligrosas aguas a lo largo de la historia. Durante cientos de años carentes de toda tecnología capaz de actualizar la intensidad del viento o las mareas, fue habitual para innumerables buques naufragar en este extremo del planeta. Por entonces no había elementos para calcular y estimar un momento ideal para cruzarlo. Cuentan los libros de historia que más de 800 barcos naufragaron y algo más de 10000 marineros perdieron sus vidas en los dominios del coloso. Las causas de estos desastres se centraban en dos hitos importantes: los icebergs y la enorme fuerza del mar y viento. Los marineros y piratas de la época adoptaron la costumbre de ponerse un pendiente en forma de aro en la oreja que simbolizaba haber sobrevivido al paso del peligroso cabo.


    El mito de Hornos fue reavivado por la navegación deportiva oceánica a lo largo del siglo XX. Por su situación remota y los peligros que lo rodean, doblar el cabo equivale al ascenso del Everest para un alpinista. El primer navegante deportivo que dobló el cabo de Hornos fue el británico Connor O’Brien, en 1923, y veinte años más tarde sería el argentino Vito Dumas el primer solitario en dar la vuelta al mundo por la ruta de los tres cabos. En 1968, el Sunday Times organizó la primera competición náutica de vuelta al mundo para solitarios, la Golden Globe, que únicamente fue completada por uno de los nueve tripulantes que tomaron la salida, el legendario Sir Robin Knox-Johnston, el primer gran navegante en solitario.


    Uno de sus rivales, el francés Bernard Moitissier, que no comulgaba con los intereses comerciales de la regata, tras cruzar el cabo de Hornos renunció a subir el Atlántico para completar la circunnavegación y se dirigió al Índico por segunda vez para seguir navegando. Moitissier cuenta esta historia en su libro “La larga ruta”, en el que se refiere así al temible cabo:


    “La pequeña nube sobre la luna se movió hacia la derecha. Miré. Allí está, tan cerca, a no más de 10 millas de distancia y justo bajo la Luna. Y no hay nada más excepto el cielo y la luna jugando con el cabo de Hornos. Miré. Apenas podía creerlo. Tan pequeña y tan grande. Una colina, pálida y gentil; una roca colosal, dura como el diamante”.’


    ¿Cómo sobrevivir a Hornos?

    La Etapa 5 de la Volvo Ocean Race, que une el puerto neozelandés de Auckland, ‘la ciudad de las velas’ y el brasileño de Itajaí en un recorrido de 6.776 millas náuticas, incluirá atravesar los 40 rugientes y los 50 aullantes por el Pacífico Sur rumbo al mítico Cabo de Hornos antes de remontar las costas de Argentina, Chile y Uruguay hasta la meta en Brasil.
    Está considerada como la etapa reina de la Volvo Ocean Race. Para completarla, la flota tendrá que separarse de la civilización más que nunca, pasando por el conocido como ‘Point Nemo’, el punto más remoto del planeta, a más de 2.000 millas de tierra en todas direcciones.

    Sobre el recorrido de la etapa, Ian Walker patrón del Abu Dhabi ya comentaba en la pasada edición de la regata que “es un regreso al espíritu de aventura que caracterizó a la Whitbread, una clásica de la Volvo Ocean Race. Puede ser peligrosa y apasionante al mismo tiempo”.


    Esta etapa incluye una buena dosis de navegación a velocidades muy altas y la posibilidad de surfear olas realmente enormes. Pero esta situación se hace muy peligrosa ya que los actuales V065 son barcos muy rápidos, y cuando sumergen la proa en una ola lo hacen a velocidades que pueden provocar daños serios. Los regatistas deben de tener mucho cuidado con la seguridad, tanto de la tripulación como del barco.


    El menú que espera a los navegantes durante los alrededor de 18 días que durará la etapa incluye olas de más de 12 metros de altura y vientos de hasta 60 nudos, las temperaturas más bajas de toda la vuelta al mundo y probablemente las velocidades más elevadas. Si en alguna etapa puede caer el récord de distancia recorrida en 24 horas, es en ésta.


    Tal y como comentó sobre esta etapa Sir Chay Blyth, timonel del 77 pies Great Britain II en la primera edición de la Whitbread, “la Volvo Ocean Race es sin duda uno de los desafíos más duros que existen, una prueba muy atlética, sencillamente tremenda, a la cabeza de las tres regatas alrededor del mundo más importantes. Los regatistas que compiten hoy en esta regata sufren mucho más que nosotros entonces. Los riesgos que toman son enormes, y apenas tienen margen para el error. Es irreal hasta qué punto se exigen a sí mismos y a sus barcos. Van totalmente al límite”.


    Palabras acertadas las de Sir Chay. Todos los regatistas coinciden en la descripción de cómo va a ser la etapa, todos hablan de un mar muy inhóspito y muy duro con unas condiciones de navegación muy complicadas. Para muchos, quizás lo peor no sea doblar Hornos, quizás sea el sprint de diez días desde Auckland a Hornos, diez días siempre igual de duros, siempre mojados y sin descanso, navegando al límite de sus fuerzas y llevando el barco en busca de su límite… “entras de guardia, descansas y quedan 9 días, quedan ocho días, quedan…. Hornos es el final del agotador sprint” así lo veía Pablo Arrarte ‘Patán’ en la pasada edición de la regata.


    Sin embargo otros regatistas se toman este hito de la navegación con mucha más calma, como señalaba Chuny Bermúdez hace un par de días: “Será mi quinto paso por el cabo de Hornos ya que con el Delta Lloyd no lo cruzamos porque habíamos roto el barco y no volvimos hasta la siguiente etapa. La verdad es que para mí ya no es nada especial pasar el cabo. A veces es más difícil pasar Finisterre que el cabo de Hornos”.


    Todos, en mayor o menor proporción tienen a Hornos en sus pensamientos y, con el paso de los días, a medida que se va acercando la fecha de la partida, el movimiento de las ‘mariposas’ en el estómago se va haciendo cada vez más patente… los nervios, que les costará reconocer a todos, empezarán a hacer de las suyas. Hornos impondrá su tenebrosa y oscura leyenda. Primero llegar hasta él y luego doblarlo para ascender al Atlántico liberador.


    A buen seguro que, cuando llegue el momento y puedan ver la imponente roca con el faro en su cúspide, se apelotonarán todos en la popa del barco para hacerse la foto que atestigüe el paso del cabo, indicando todos con sus dedos el número de veces que pasaron por Hornos. Atrás quedará los diez eternos días de sufrimiento y dureza, los diez días que nunca se daban acabado, esos diez días que para unos fueron el preludio de algo mágico y para otros fueron ‘un día más en la oficina’. Como comentaba Altadill, tras la foto solo queda doblar a babor y comenzar ascender hacia casa. El coloso negro será mudo testigo de los pensamientos de todos los tripulantes, en el aire dejarán una vez más sus temores, ansias y miedos y volverán todos al ‘modo regata’. Hornos ya es agua pasada, seguimos en regata.

    Más info en mi nueva web: www.thornado.es

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    Predeterminado Cabo de Hornos: leyenda entre colosos

    Hornos, en mayor o menor medida está en los pensamientos de los regatistas de la Volvo Ocean race.

    “La primera vez que crucé el mítico Cabo de Hornos fue durante la Withbread de 1989-90, a bordo del Fortuna; me acuerdo que lo pasamos con poco viento y que estábamos todos, desde que habíamos divisado la Isla Diego Ramírez a 50 millas, esperando en cubierta para hacernos la foto y ponernos, por turnos -y con ayuda de una aguja de velas-, el arete en la oreja derecha. La oreja nos lo agradeció con una bonita infección y un lóbulo que quedó como una pelota de ping pong.

    He de confesar que por aquellos tiempos pasar el Cabo y ponerse el arete era casi la motivación más importante de hacer la Whitbread, hoy Volvo Ocean Race. Si no pasabas Cabo de Hornos, no habías hecho la vuelta al mundo aunque hubieras hecho todas las etapas anteriores.


    Altadill pasando Hornos © Neutrogena/BWR

    Desde aquel día han pasado varios años, casi 25 años, y a lo largo de todo este tiempo los barcos han cambiado, las tripulaciones se han profesionalizado, la regata se ha mediatizado a niveles que por entonces no podíamos ni llegar a imaginar, la tecnología a dotado a los barcos de GPS, sistemas sofisticados de comunicación, seguridad y navegación.


    Pero hay dos cosas que permanecen inamovibles desde hace muchos años y que se mantienen desde que el hombre cruzó por primera vez la frontera entre el Atlántico y el Pacífico, y son por un lado esa pequeña Isla escarpada con su faro, sita en unos de los sitios más remotos del mundo, y por otro, la sensación que percibe cada tripulante al cruzarlo.


    Esa sensación debe ser la misma que siente un maratoniano al llegar al estadio de atletismo y que, cuando tan solo lo que quedan 400 metros después de llevar más de 40 kilómetros en las piernas, mira hacia arriba y ve al público.


    En la roca no hay público, pero cuando tienes la suerte de pasar cerca de ella y no hay niebla, miras también hacia arriba y ahí está la roca negra, su faro y toda su leyenda que circula a su alrededor, y piensas que pase lo que pase desde ahora ya has cumplido tu objetivo: llegar de una pieza hasta aquí. A partir de ahí solo tienes que “doblar” a babor y empezar a remontar el Atlántico, rumbo Norte, rumbo a casa.
    Como he empezado este artículo con la primera vez que pasé Hornos lo acabaré con la última vez que lo hice: fue a bordo del Ericsson en la anterior edición de la Volvo. Soplaban 50 nudos y no recuerdo haber visto unas olas rompiendo de semejante forma en mi vida. Cuando decidimos arriar la vela de proa ya era tarde y Tom Braidwood me dijo que él no iba ahí delante ni por todo el oro del mundo.


    Fueron unas horas estresantes y recuerdo mirar atrás, y ver las masas de agua persiguiéndonos. De repente, justo en la proa, apareció tierra y en ese mismo instante, las olas nos dejaron de preocupar. Fuimos a por una cámara, nos sentamos en la popa y nos hicimos una foto.


    Cada uno indicábamos con los dedos cual era el número de veces que lo habíamos pasado. Tuve que utilizar mis dos manos y entonces me di cuenta del tiempo que había pasado desde la primera vez.


    Como hubiera dicho Humphrey Bogart… ‘siempre nos quedará Cabo de Hornos’ ”.



    La tripu del Telefónica Azul posando con Hornos al fondo, en la edición del 2009 © Diego Fructuoso/Telefónica Azul

    Este es un pequeño trozo de la vida de Guillermo Altadill, gran navegante oceánico español, hoy surcando precisamente esas aguas a bordo del Neutrógena enfrascado en la Barcelona World Race.


    Mítico para los navegantes del mundo, el Cabo de Hornos, el punto más austral del continente americano, tiene una historia de aventuras entre temibles aguas devoradoras de barcos y fuertes vientos que han hecho estragos.


    Cruzar el cabo es doblar los bramidos de un diablo que por el azote constante de sus vientos reproduce un sonido tan tenebroso como temido para navegar, en una zona donde las corrientes del océano Atlántico y el Pacífico se funden con semejante fuerza que han arrastrado a miles de naves que intentaron cruzarlo. Así quedó registrado en algunos diarios de navegantes y honrado en numerosas novelas, donde alcanzar la hazaña es distinguido como un bautismo que los marinos añoran cumplir.


    Pero, entremos en materia… Hornos se encuentra en la latitud 56ºS, lo que obliga a los navegantes a descender hasta los “cincuenta aullantes” y los “sesenta odulantes”, los peligrosos vientos que soplan por debajo de la latitud 40ºS, y cuya fuerza se ve incrementada en este punto por el “efecto embudo” que se genera entre los Andes y la Península Antártica. Además, el fondo marino asciende bruscamente en esta zona y se crean corrientes contrapuestas, por lo se pueden encontrar olas de hasta 30 metros que varían su dirección de forma impredecible. Vientos de una dirección, olas de otra y corrientes de otra…. Una mezcla dañina para quien no esté preparado para este paso.


    En 1616, el armador holandés Willem Schouten descubrió un paso navegable al sur del estrecho de Magallanes al que bautizó con el nombre de su ciudad de procedencia: Hoorn. Cuarenta años antes, el corsario inglés Francis Drake había sido el primero en comprobar la dureza de la navegación en estas latitudes cuando un temporal le llevó hasta la peor zona del hemisferio Sur, mientras intentaba llegar a Asia a través del estrecho de Magallanes. El paso por el cabo se consolidó como una importante ruta marítima mundial y hasta la construcción del canal de Panamá, en 1914, fue la única vía marina que conectaba las costas Este y Oeste de los Estados Unidos.


    La fama del cabo de Hornos se extendió y se convirtió en el mayor reto para todos los navegantes del mundo, en parte por la alta cantidad víctimas que se han cobrado sus peligrosas aguas a lo largo de la historia. Durante cientos de años carentes de toda tecnología capaz de actualizar la intensidad del viento o las mareas, fue habitual para innumerables buques naufragar en este extremo del planeta. Por entonces no había elementos para calcular y estimar un momento ideal para cruzarlo. Cuentan los libros de historia que más de 800 barcos naufragaron y algo más de 10000 marineros perdieron sus vidas en los dominios del coloso. Las causas de estos desastres se centraban en dos hitos importantes: los icebergs y la enorme fuerza del mar y viento. Los marineros y piratas de la época adoptaron la costumbre de ponerse un pendiente en forma de aro en la oreja que simbolizaba haber sobrevivido al paso del peligroso cabo.


    El mito de Hornos fue reavivado por la navegación deportiva oceánica a lo largo del siglo XX. Por su situación remota y los peligros que lo rodean, doblar el cabo equivale al ascenso del Everest para un alpinista. El primer navegante deportivo que dobló el cabo de Hornos fue el británico Connor O’Brien, en 1923, y veinte años más tarde sería el argentino Vito Dumas el primer solitario en dar la vuelta al mundo por la ruta de los tres cabos. En 1968, el Sunday Times organizó la primera competición náutica de vuelta al mundo para solitarios, la Golden Globe, que únicamente fue completada por uno de los nueve tripulantes que tomaron la salida, el legendario Sir Robin Knox-Johnston, el primer gran navegante en solitario.


    Uno de sus rivales, el francés Bernard Moitissier, que no comulgaba con los intereses comerciales de la regata, tras cruzar el cabo de Hornos renunció a subir el Atlántico para completar la circunnavegación y se dirigió al Índico por segunda vez para seguir navegando. Moitissier cuenta esta historia en su libro “La larga ruta”, en el que se refiere así al temible cabo:


    “La pequeña nube sobre la luna se movió hacia la derecha. Miré. Allí está, tan cerca, a no más de 10 millas de distancia y justo bajo la Luna. Y no hay nada más excepto el cielo y la luna jugando con el cabo de Hornos. Miré. Apenas podía creerlo. Tan pequeña y tan grande. Una colina, pálida y gentil; una roca colosal, dura como el diamante”.’


    ¿Cómo sobrevivir a Hornos?

    La Etapa 5 de la Volvo Ocean Race, que une el puerto neozelandés de Auckland, ‘la ciudad de las velas’ y el brasileño de Itajaí en un recorrido de 6.776 millas náuticas, incluirá atravesar los 40 rugientes y los 50 aullantes por el Pacífico Sur rumbo al mítico Cabo de Hornos antes de remontar las costas de Argentina, Chile y Uruguay hasta la meta en Brasil.
    Está considerada como la etapa reina de la Volvo Ocean Race. Para completarla, la flota tendrá que separarse de la civilización más que nunca, pasando por el conocido como ‘Point Nemo’, el punto más remoto del planeta, a más de 2.000 millas de tierra en todas direcciones.

    Sobre el recorrido de la etapa, Ian Walker patrón del Abu Dhabi ya comentaba en la pasada edición de la regata que “es un regreso al espíritu de aventura que caracterizó a la Whitbread, una clásica de la Volvo Ocean Race. Puede ser peligrosa y apasionante al mismo tiempo”.


    Esta etapa incluye una buena dosis de navegación a velocidades muy altas y la posibilidad de surfear olas realmente enormes. Pero esta situación se hace muy peligrosa ya que los actuales V065 son barcos muy rápidos, y cuando sumergen la proa en una ola lo hacen a velocidades que pueden provocar daños serios. Los regatistas deben de tener mucho cuidado con la seguridad, tanto de la tripulación como del barco.


    El menú que espera a los navegantes durante los alrededor de 18 días que durará la etapa incluye olas de más de 12 metros de altura y vientos de hasta 60 nudos, las temperaturas más bajas de toda la vuelta al mundo y probablemente las velocidades más elevadas. Si en alguna etapa puede caer el récord de distancia recorrida en 24 horas, es en ésta.


    Tal y como comentó sobre esta etapa Sir Chay Blyth, timonel del 77 pies Great Britain II en la primera edición de la Whitbread, “la Volvo Ocean Race es sin duda uno de los desafíos más duros que existen, una prueba muy atlética, sencillamente tremenda, a la cabeza de las tres regatas alrededor del mundo más importantes. Los regatistas que compiten hoy en esta regata sufren mucho más que nosotros entonces. Los riesgos que toman son enormes, y apenas tienen margen para el error. Es irreal hasta qué punto se exigen a sí mismos y a sus barcos. Van totalmente al límite”.


    Palabras acertadas las de Sir Chay. Todos los regatistas coinciden en la descripción de cómo va a ser la etapa, todos hablan de un mar muy inhóspito y muy duro con unas condiciones de navegación muy complicadas. Para muchos, quizás lo peor no sea doblar Hornos, quizás sea el sprint de diez días desde Auckland a Hornos, diez días siempre igual de duros, siempre mojados y sin descanso, navegando al límite de sus fuerzas y llevando el barco en busca de su límite… “entras de guardia, descansas y quedan 9 días, quedan ocho días, quedan…. Hornos es el final del agotador sprint” así lo veía Pablo Arrarte ‘Patán’ en la pasada edición de la regata.


    Sin embargo otros regatistas se toman este hito de la navegación con mucha más calma, como señalaba Chuny Bermúdez hace un par de días: “Será mi quinto paso por el cabo de Hornos ya que con el Delta Lloyd no lo cruzamos porque habíamos roto el barco y no volvimos hasta la siguiente etapa. La verdad es que para mí ya no es nada especial pasar el cabo. A veces es más difícil pasar Finisterre que el cabo de Hornos”.


    Todos, en mayor o menor proporción tienen a Hornos en sus pensamientos y, con el paso de los días, a medida que se va acercando la fecha de la partida, el movimiento de las ‘mariposas’ en el estómago se va haciendo cada vez más patente… los nervios, que les costará reconocer a todos, empezarán a hacer de las suyas. Hornos impondrá su tenebrosa y oscura leyenda. Primero llegar hasta él y luego doblarlo para ascender al Atlántico liberador.


    A buen seguro que, cuando llegue el momento y puedan ver la imponente roca con el faro en su cúspide, se apelotonarán todos en la popa del barco para hacerse la foto que atestigüe el paso del cabo, indicando todos con sus dedos el número de veces que pasaron por Hornos. Atrás quedará los diez eternos días de sufrimiento y dureza, los diez días que nunca se daban acabado, esos diez días que para unos fueron el preludio de algo mágico y para otros fueron ‘un día más en la oficina’. Como comentaba Altadill, tras la foto solo queda doblar a babor y comenzar ascender hacia casa. El coloso negro será mudo testigo de los pensamientos de todos los tripulantes, en el aire dejarán una vez más sus temores, ansias y miedos y volverán todos al ‘modo regata’. Hornos ya es agua pasada, seguimos en regata.

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    Saludos y buenos vientos

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    Predeterminado Continúan los refuerzos en la flota Volvo Ocean Race

    El neozelandés Stu Bannatyne, triple campeón de la Volvo Ocean Race y un auténtico ‘galáctico’ de los océanos, se une al Team Alvimedica para la etapa 5, de Auckland (Nueva Zelanda) a Itajaí (Brasil), el pasaje más duro de cualquier vuelta al mundo que se precie.

    El triple campeón de la Volvo Ocean Race, el neozelandés Stu Bannatyne, se unirá al Team Alvimedica (Charlie Enright/USA) para la etapa 5, la considerada como la más dura de la toda la vuelta al mundo, que dará comienzo el próximo domingo 15 de marzo. Las 6.776 millas náuticas de longitud que la flota deberá cubrir entre Auckland (Nueva Zelanda), e Itajaí (Brasil), pasan por uno de los puntos más legendarios y peligrosos del mundo en cuestiones de navegación, el Cabo de Hornos.

    Bannatyne, de 43 años de edad, ha participado en seis Volvo Ocean Race, y reemplazará al proa/trimmer Seb Marsset (FRA), que pasará a trabajar con el equipo de tierra durante esta quinta etapa. Volverá a incorporarse a la tripulación en Newport (USA). Además, el kiwi ha batido el récor de velocidad en monocasco en cinco ocasiones.



    Stu Bannatyne a bordo del CAMPER with Emirates Team New Zealand en la pasada edición de la Volvo Ocean Race © Hamish Hooper/CAMPER ETNZ/Volvo Ocean Race

    El equipo de bandera turco-americana Team Alvimedica consiguió subirse al tercer escalón del podio en la etapa 3, y firmó un cuarto puesto en la cuarta etapa entre Sanya y Auckland. Aun así, el patrón de la escuadra Charlie Enright consideró que la etapa 5 requería la experiencia de un veterano como el kiwi. “Stu tiene una experiencia increíble en el Océano Antártico”, explicaba Enright.

    A pocos días de que aquella dé comienzo, abundan las conversaciones sobre lo sucedido en la edición 2011-12, cuando toda la flota salvo un barco sufrió roturas enfrentándose a olas de hasta 15 metros, y Abu Dhabi Ocean Racing tuvo que parar en Chile.

    “La próxima etapa no tendrá nada que ver con lo que hemos hecho hasta ahora. La mayor parte de nuestra tripulación nunca ha navegado en el Océano Antártico ni ha doblado Cabo de Hornos, así que la experiencia de Stu al timón y sus conocimientos nos ayudarán en este desafío”, añadía el patrón.

    No es la primera vez que la tripulación de Team Alvimedica navega con este ‘galáctico’ de los océanos: “Stu hizo con nosotros la etapa trans-atlántica previa al comienzo, y ya nos aportó mucho. Además, nos hemos seguido apoyando en él desde que comenzó la regata”.

    Bannatyne se muestra encantado ante la perspectiva de volver a uno de los océanos más fríos del mundo: “En la próxima etapa habrá olas enormes y vientos continuados de más de 40 nudos, lo más exigente de la regata. Saber poner el freno es tan importante como ponerse al límite. Espero poder ayudar a Charlie y al resto de los chicos en su primera singladura por el Oceáno Antártico”.


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    Saludos y buenos vientos
    Última edición por Thornado; 09/03/2015 a las 17:52

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