¿SABÍAS EL ORIGEN DE LA PALABRA GILIPOLLAS?


En el DRAE: GILIPOLLAS:: 1. adj. vulg. gili, tonto, lelo. Ú. t. c. s.

En Madrid hay una calle llamada de Gil Imón, haciendo de travesera entre el Paseo Imperial y la Ronda de Segovia.

Está dedicada al que fue alcalde de la capital en el siglo XVII, Don Gil Imón, cuando el duque de Osuna organizaba sus célebres bailes a los que acudía la crema de la mas alta sociedad, para poner en el escaparate a las mas lindas damitas como oferta casadera, las cuales acudían ataviadas con su miriñaque de fino muaré. A las damitas de entonces se les aplicaba el apelativo de "pollas", palabra que en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) lleva, como sexta acepción, figurada y familiarmente, el significado de jovencitas, algo que hoy se ignora. La polla de entonces es la "tía" de ahora, y las mentes malévolas sustituyen el significado antiguo de polla por otro de morbosas connotaciones que ahora todos estamos pensando ...

El tal Don Gil era un personaje de relieve (la prueba está en que tiene dedicada una calle en Madrid) y su nombre aparecía frecuentemente en los ecos de sociedad de las revistas del corazón de la época. El hombre, después de atender a los acuciantes problemas que su cargo de alcalde comportaba, se sentía obligado a responsabilizarse de sus deberes familiares como buen padre. Tenía dos hijas en edad de merecer, algo feas, no muy sobradas de gracejo y hasta un poco tontuelas. Y se hacía acompañar por ellas a todos aquellos sitios a los que, invitado como primera autoridad tenía que acudir. Él, en su fuero interno, acudía no como primera autoridad municipal sino como primera autoridad familiar: tras la imponencia de unos enormes bigotes municipales, se ocultaba un gran corazón de padre.

-¿Ha llegado ya D. Gil?

-Sí, ya ha llegado D. Gil ... como siempre acompañado de sus pollas.

D. Gil departía animadamente con los próceres de la ciudad y mientras tanto sus 2 pollitas iban a ocupar algún asiento que vieran desocupado, a esperar a que algún pollo (en masculino solía aderezarse con la palabra "pera" de modo que se decía "pollo-pera") se les acercase, cosa siempre poco probable: pocas veces había alguien que les dijera "hazte p'allá", como dicen en Carrizosa. La situación, una y otra vez repetida, dio lugar a la asociación mental de tontuelidad con "D.Gil y sus pollas".

Al tonto, a secas, podía llamársele: menguado, zampatortas, rudo, zamacuco, papanatas, tolondro, ciruelo, zote, mamacallos, mameluco, majadero, zopenco, mastuerzo, borrico, tonto, necio, obtuso, imbécil, mentecato, idiota, torpe, lelo (sinónimos todos del Diccionario Ideológico de Casares). Pero ¿cómo describir ahora esta circunstancia tan compleja de "tontuelidad inconsciente"?. Decía el padre Ramón que el que es tonto y lo sabe no es tonto del todo. Así que los imaginativos y bien humorados madrileños lo tuvieron fácil: para expresar la idea de tontuelo inconsciente inventaron D. Gil y pollas = gil-i-pollas.

Y cundió la especie por "todo Madrid", donde se compuso esta palabra especial y castiza nacida en la Capital del Reino y puesta en circulación, siendo después exportada al resto de España y del mundo, ganándose a pulso el derecho de entrar en la Real Academia Española.