Albert Bargués: “El nombre de mi barco da sentido a la estela que se ha desvanecido en el mar”
La última rueda de prensa de las llegadas de la Barcelona World Race fue la más multitudinaria. No sólo fue el cariño que despertó el último barco de la regata, sino la proyección mediática que ha obtenido el proyecto que la ONG Educación Sin Fronteras. Albert Bargués y Servane Escoffier han sido han aportado con su carisma el ingrediente definitivo para su popularidad.
La convivencia a bordo
La llegada del Educación Sin Fronteras marca algunos hitos relevantes: Albert Bargués y Servane Escoffier son la pareja que más tiempo ha convivido en el mar en regata alrededor del mundo, y la segunda en hacerlo sin escalas, después de Jean-Pierre Dick y Damian Foxall. Más de 109 días en el mar dan para sacar conclusiones al respecto y para desmitificar algunas ideas:
Albert y Servane entrando en el puerto de Barcelona
© Santi Serrat
“Somos dos personas que han coincidido para desarrollar un proyecto común, - comentó Albert - pero esto no quiere decir que continuemos estando juntos una vez que esto se acabe. Somos como Armstrong, Aldrin y Collins, quienes, después de viajar a la Luna, siguieron cada uno por su lado. Por supuesto que hemos tenido momentos de enfrentamiento, pero los hemos solucionado y no han perjudicado la marcha del barco.”
Servane bromeó sobre la respuesta a los problemas de convivencia: “Cuando tienes un problema con otra persona en un espacio tan reducido, puedes hacer tres cosas: salir y dar tres vueltas sobre la cubierta y luego intentar hablar con tu compañero; subirte al palo y aislarte arriba o coger la manivela del winch y atizarle al otro. Obviamente la primera es la mejor.” Albert también ironizó al respecto: “No somos personas con carácter colérico; si lo fuésemos - bromeó - probablemente sólo hubiera regresado uno...”
Para Servane, el antídoto para los problemas de convivencia ha sido tener claro los objetivos comunes: “Hemos tenido momentos duros, es lógico, pero los hemos superado gracias a tener claro un objetivo, que era acabar la regata. También hemos pasado momentos magníficos, por supuesto, pero siempre el objetivo común ha estado por encima y el balance final ha sido muy positivo”. La navegante de Saint-Malo bromeó: “Cómo no vas a tener momentos duros y problemas cuando el Papá Noel deja los regalos en Saint-Malo y tú estás en el otro extremo del mundo? “
La regata y su quinto puesto
Tanto Albert como Servane eran conscientes de la limitación que suponía regatear con un barco dos generaciones más antiguo y con tan poco tiempo para prepararse. “Es un barco magnífico - comentó Albert - pero con poco viento sufre mucho. Tampoco hemos tenido tiempo de prepararlo bien y hamos salido a acabar la regata a toda costa y lo hemos logrado. No hemos sufrido en absoluto por ir los últimos, lo teníamos muy claro... ¡Yo más bien sufría por vosotros, que nos estabais esperando!”
La regata del Paprec-Virbac les ha impresionado mucho: “Jean-Pierre y Damian han hecho una regata excepcional, sin fallos y con un barco magnífico - comentó Servane - Han sido unos grandes ganadores.”
Sobre sus habilidades y la percepción mutua
Albert y Servane entrando en el puerto de Barcelona
© Santi Serrat
Preguntada acerca de las cualidades que como navegante que Servane destacaría de Albert, la regatista bretona señaló sus habilidades como ‘manitas’: “Yo con un destornillador hago muy poco. Albert sí, es extraordinario en cuanto al conocimiento mecánico de todos los sistemas de a bordo. Sabe muy bien como evitar que las cosas se deterioren y luego sabe arreglarlas, es fantástico. Un ejemplo: uno de los momentos más difíciles de la regata fue cuando, al aproximarnos a Hornos, el piloto automático dejó de funcionar. Yo me preocupé seriamente, ya que veía que tendríamos que parar; pero, mientras yo estaba pasando miedo a la caña, Albert lo arregló en poco tiempo. Además Albert tiene una virtud muy importante en el mar: es muy paciente.”
Albert destacó el espíritu de aprendizaje de Servane: “Es impresionante las ganas que tiene de aprender y ¡cómo aprende! Tiene una extraordinaria capacidad de asimilación y una constancia increíble: se pasaba horas frente al ordenador, por ejemplo, intentando comprender todo lo referente a la táctica y las predicciones meteorológicas; estas cualidades y su juventud auguran una carrera magnífica. Va a ser sin duda una gran navegante.”
Más allá de los problemas
Ante las preguntas sobre la gran cantidad de problemas técnicos que inevitablemente genera una regata alrededor del mundo, Albert dio un giro inusual en las declaraciones que a al acabar una regata realizan casi todos los navegantes: “¿Por qué siempre hay que estar hablando de averías? Creo que es una manía que tenemos los navegantes. Estoy harto de estos libros de vela en lo que todo son problemas y cómo resolverlos. Yo, cuando leía estos libros, años atrás, pensaba: ‘¿Es que los navegantes no disfrutan nunca?’ Por supuesto que hay problemas a bordo, pero lo importante es la actitud respecto a ellos, no los problemas en sí mismos; si vas a disfrutar acabas disfrutando y esto es lo que me gustaría comunicaros: los momentos mágicos con los albatros, las olas gigantescas, los cielos luminosos... ¿Por qué tengo que explicar cómo arreglé un piloto o un generador? Prefiero explicaros lo primero.”
Planes futuros
Servane tiene claro que su futuro va a ser la navegación oceánica: “Quiero hacer una Vendée Globe, ojalá encontrara patrocinador. El formato de la Barcelona Wolrd Race es fantástico, dar la vuelta al mundo en doble es extraordinario ya que te obliga a compartir y esto te forma.”
Para Albert, la Barcelona World Race ha supuesto cerrar un libro en su vida: “No voy a hacer una Vendée Globe. No soy un coleccionista de vueltas al mundo. Ya he hecho dos y esta última culmina un sueño que ha sido un protagonista importante de mi vida durante los últimos 20 años. ¿Otra Barcelona World Race? Quizá sí, quién sabe... Pero hay otras cosas en la vida... ahora siento la necesidad de escribir y voy a hacerlo. No sólo he pasado una página, sino que he cerrado un libro.”
Albert se refirió a un momento muy especial que, según él, podría resumir la parte más satisfactoria de su experiencia: “Cuando miraba la estela que dejaba el barco por la popa y cómo ésta se cerraba desapareciendo, pensé: ‘no queda nada.. ¿Cuál es el sentido de esta vuelta al mundo? Luego pensé: ‘El nombre de mi barco, Educación Sin Fronteras, le da sentido’ Hay en el mundo más de 70 millones de niños que no saben leer ni escribir y ésta ignorancia no les da la posibilidad de elegir y los hace esclavos. Esta regata ha implicado el 0,6 % del tiempo que he vivido hasta ahora y quiero pasar por lo menos este tiempo en el futuro dedicado a luchar contra esta ingominia. Ésta ha sido la mejor experiencia que puedo contaros.”
http://www.barcelonaworldrace.com/
Saludos y buenos vientos
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